miércoles, 18 de septiembre de 2013

¿Que ha sido de chupicuaro?


La inundación de una parte del valle del río Lerma en 1948 hubiera podido sellar definitivamente el destino de la cultura Chupícuaro, desaparecida y bajo las aguas de la presa. De hecho, los trabajos posteriores realizados en el valle de Acámbaro fueron muy escasos y no contaron con excavaciones lo suficientemente extensas como para permitir una verdadera y novedosa revisión de los conocimientos. Los trabajos del Proyecto Chupícuaro, iniciado en 1998 por el CEMCA en esta misma zona, permiten hoy día un acercamiento renovado a partir de vestigios arquitectónicos y cerámicos hallados en excavación. Este artículo propone recordar las interpretaciones propuestas hasta ahora sobre las relaciones mantenidas por Chupícuaro con sus vecinos, antes de discutir en qué medida los nuevos hallazgos arqueológicos permiten confirmar o, al contrario, rechazar, ciertas de estas hipótesis.

Si bien las excavaciones fueron sumamente escasas, informaciones complementarias provienen de las prospecciones de superficie. Los recorridos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y los de Pollard (1985) permitieron ubicar en el valle decenas de sitios preclásicos entre Tarandácuaro y Acámbaro. Sin embargo, debemos los datos más interesantes a los trabajos de Florance, quién realizó prospecciones sistemáticas cerca del pueblo de Puruagüita al final de los años setenta. Uno de sus resultados fue poner en evidencia la existencia de un patrón de asentamiento particularmente denso en esta zona, que muestra además que las poblaciones habían logrado buena organización territorial. Florance retoma también el corpus de Porter e inicia una nueva catalogación por serie, utilizando también el muestreo cerámico elaborado durante sus propios recorridos.





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